Ante todo, en estos casos, es muy importante mantener la calma. Es difícil, pero no imposible. Nuestro hijo estará asustado y dolorido, así que hay que intentar ser rápidos y eficientes. Es muy importante el factor tiempo en este tipo de lesión dental.
Ante un traumatismo bucal, se deberá limpiar a poder ser con suero o simplemente con agua la zona afectada para hacer una valoración de las consecuencias del golpe. Si hay ausencia de algún diente o uno ó más dientes rotos, se debería de buscar el diente o los trozos de dientes que faltan, una vez encontrados intentar, sobre todo en el caso de ser un diente entero, cogerlo por la corona y procurar manipularlo lo menos posible.
Se deben sumergir en leche desnatada o suero fisiológico (se consideran las mejores condiciones “caseras” para mantener el diente o trozo de diente hasta acudir a la consulta dental), en su defecto es mejor mantener en la mejilla del propio niño con su propia saliva que mojarlo con agua o llevarlo seco.
Procuraremos acudir lo más rápido posible a la consulta dental para que valore la afectación y pueda hacer un diagnóstico adecuado y actuar en consecuencia.