Aunque parezca mentira, nuestra salud bucodental está muy relacionada con el rendimiento deportivo. De hecho, una mala mordida puede afectar a nuestro equilibrio y originar problemas posturales que influyan a la hora de realizar actividad física.
Si llevamos la posición mandibular del paciente a un punto neutro, gracias a la ortodoncia, se mejorará el control postural y el equilibrio estático y dinámico. Es por ello que muchos adultos que practican deporte a menudo o de forma profesional, se han planteado la opción de colocarse aparato dental, con el fin de mejorar sus marcas.
Como os hemos comentado, la maloclusión puede afectar al rendimiento deportivo y por lo tanto, aumentar la probabilidad de producirse distensiones, fracturas o torceduras.
Por todo esto, la ortodoncia lingual o la ortodoncia invisible es el aliado perfecto para aquellos que practican deportes intensos o de contacto y buscan mejorar su sonrisa y sobre todo su mordida. Una de las ventajas de este tipo de ortodoncia es que al ser invisible o al colocarse los brackets por dentro de los dientes, no hay riesgo de que se produzcan lesiones en el labio o en el interior de la boca en el caso de que suframos caídas o golpes.
En el caso de la ortodoncia lingual, cada bracket se realiza a medida para cada diente, ya que la parte interna de la dentadura es más irregular. Por lo tanto, es un aparato muy cómodo ya que se adapta a cada paciente.