A la hora de mantener en perfecto estado nuestra férula dental, lo primero que debemos tener es un pequeño cepillo que sea capaz de llegar a todos los recovecos de nuestro protector. Para ello, sólo es necesario realizar movimientos ligeros y circulares para limpiar toda la férula.
Al cepillo le podemos aplicar un poco de jabón neutro, ya que no hace falta ningún producto específico para conseguir óptimos resultados. También, existen pastillas efervescentes que no estropean la férula y están indicadas para tal fin. Algunos ingredientes como el bicarbonato con agua, el limón y el vinagre también te ayudarán.
Después, debemos colocar la férula debajo del grifo para eliminar todos los residuos que hemos quitado con el cepillo. Otra de las opciones es llenar el lavabo con agua y limpiar la férula sumergiéndola en agua
Por otro lado, podemos darle otro repaso una vez puesta. La podemos cepillar como si de nuestra dentadura se tratase, así proporcionaremos una limpieza total a nuestra férula dental.
Cuando la vayamos a guardar en el estuche, no debemos olvidarnos de secarla antes con papel grueso que no deje restos en la férula. De esta manera, evitaremos la proliferación de hongos y bacterias en nuestra funda.